Según cuenta la historia, la Virgen de El Cisne, apareció el 12 de octubre del año 1594, en un pequeño caserío hoy conocido como la parroquia “El Cisne” del cantón y provincia de Loja. En aquella época se dice que la población sufría una gran sequía y una terrible plaga de ratones, ocasionando hambre en los indígenas que habitan estas tierras.
En esas circunstancias se apareció la virgen quien para ayudar a los indígenas en sus dolencias, les pidió que construyeran una iglesia, la misma que hoy se conoce como la “Basílica de El Cisne”
La Virgen les habría manifestado: "Confiad en mí, porque os voy a ayudar y a proteger para que nunca más volváis a tener hambre. Aquí os quiero asistir. Levantad en este lugar un templo, que allí estaré siempre con vosotros." Cuando los indígenas empezaron a construir, vieron con asombro caer las lluvias y extinguirse la plaga de roedores. Otra historia cuenta que la Virgen se le apareció a una niña que pastoreaba las ovejas de sus padres, con quien conversaba y jugaba durante el día.
La imagen de la Virgen de El Cisne, fue labrada en cedro fino hace aproximadamente 400 años, por el escultor español Diego de Robles.
En la actualidad son miles de fieles devotos que de todo el territorio nacional y de otros países, vienen cada año en el mes de agosto principalmente, para venerarla en agradecimiento por los favores de ella recibidos.
"LA RAZÓN"
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