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jueves, 28 de julio de 2011

César Rodríguez a Movimiento PAIS

Una carta necesaria…

En PAIS reina la confusión. Todos hablan en representación de todos y, en el fondo, de nadie. Todos son a la hora de la hora, asambleístas, miembros del buró nacional, presidentes de alguna república imaginaria; y, lo peor, pretenciosos representantes de poderes fantasmales al interior de un movimiento estático.

No le respondo a Eduardo Paredes sino al Movimiento PAIS, que flota a merced de la política ficción, contrabandeando ideología y cultivando mezquindades. La palabra de Eduardo Paredes vale 0. No lo digo yo, lo dijo el polígrafo en ese caso de acoso que fue el primer campanazo del abuso ancestral del poder masculino en aplicación del “derecho de pernada”.

No responderé jamás a los Maquiavelos de Cantina que, junto a otros reciclables, son tan culpables de la dispersión y el diversionismo ideológico en la organización, como de las rupturas con valiosísimos sectores de ingenuos apasionados. Ellos se burlaron de las elecciones primarias en País, el primero y, probablemente, último proceso democrático interno del movimiento. Son conspiradores de escritorio que se pasan buscando entre sí mismos algo o alguien a quien engullir; en las propias filas, compañeros por desplazar; en los aliados, a quien aturdir para luego culpar; en el otro, a quien vejar; en el Proyecto Revolucionario, gargantas que ahorcar.

He sido sensato y prudente en este momento de tensión porque sabía que sus ambiciones los sobrepasarían, que reducirían la historia y personalizarían la política, que intentarían lo más tonto: desplazarme para arrancar la última voz crítica del bloque legislativo de PAIS, donde seguramente creen que empieza y acaba todo.

No, no le hablo a esos que la historia se encargará de olvidar. Le hablo a mis auténticos compañeros y compañeras de PAIS, porque me consta la inconformidad; a los dignos y valiosos, acallados por el temor de los anuncios apocalípticos de muertes cruzadas, de desplazamientos eternos, de espurias comisiones de disciplina; a los maltratados.

A ellos lanzo una alerta. ¡ALERTA! ¡Despertemos! Nuestra lealtad es con el Proyecto Revolucionario, no con los intermediarios de la farsa. No nos aferremos a la curul, aferrémonos a la Revolución: ya no nos pertenecemos sino a esta revolución que es carne en los excluidos de los territorios cuya esperanza representamos.

¿Que tenemos desde noviembre unos estatutos que nos rigen? No es así. A los militantes de PAIS nos cayeron desde el cielo, como ráfagas divinas, un ideario retórico, mal redactado y ambiguo, y unos estatutos réprobos. Y desde lo alto se decidió, en medio de la inconsciencia, que seríamos movimiento y no partido; organicidad sujeta a la discrecionalidad de reivindicaciones e intereses particulares, lejanos de la voluntad del colectivo.

Nosotros mismos propusimos procedimientos en la Constitución y el Código de la Democracia que los partidos políticos deben cumplir para garantizar la trascendencia en lugar de la reivindicación, ¿y ahora nos aterramos?

Me acusan de que el poder no me alcanza, a mí, que jamás se me ha ocurrido siquiera pedir un favor personal. Me llaman Representante del Ministerio Coordinador de la Política en la Asamblea, a mí, que he sostenido severamente mis críticas a mucho más de un funcionario de ese y otros ministerios. Yo fui Coordinador del BLOQUE, sí. Y por actuar como tal, como representante de la Bancada y como defensor de la dignidad y la diversidad de la función legislativa, hoy se me acusa de causante de un conflicto.

NO ES UN CONFLICTO, ES UN NAUFRAGIO. NO SE TRATA DE MOVIMIENTO PAÍS, SE TRATA DEL ECUADOR. NO SE TRATA DE LA POLÍTICA, SE TRATA DE LA DEMOCRACIA. 

Hoy, por actuar como Asambleísta y por ser consecuente con los principios de la Revolución y la propia Constitución, se me acusa de haber detonado una crisis; crisis que los lectores de la coordinación política no pudieron advertir y no pueden comprender, tal cual hace un año advertí que la crisis de la seguridad estaba a punto de denotar. Y en absurdo sinsentido, como lo hicieron ya en los territorios, al interior del movimiento y de la bancada, hoy vuelven a sembrar lo único que corre por sus arterias: veneno y angurria.

Yo llegué a la Asamblea Nacional ganando sin maquinaria alguna las elecciones primarias y las generales, sin grupos con los cuales protegerme o negociar, sin pretensión alguna de obtener más que el mandato de mi pueblo, sin más aparato que mi voz, mi lucha social y mi postura de izquierda; a diferencia de muchos autonombrados o apadrinados, como el propio Paredes, que a pesar de todo perdieron.

Mi organicidad y lealtad no necesitan argumento. Yo he sido un soldado por la democracia y la unidad en la diversidad de esta Revolución. Nunca he necesitado tutela ni paternidad de ningún aspirante a cacique. En esta organización éramos todos compañeros, éramos todos soldados de la Revolución; y debimos seguir siéndolo.

He procurado desentrañar la corrupción ideológica en cada una de mis intervenciones internas y públicas, y tengo sobrada prueba de ello; como he procurado desentrañar la corrupción material sosteniendo contra viento y marea mi posición frente el SOAT, frente a la situación de Fabricio Correa, frente a la estafa en contra de los socios de la Cooperativa de Ahorro y Crédito San José Obrero, frente a cientos de denuncias llegadas hasta mi despacho, con acciones transparentes y en muchos casos hasta efectivas, a pesar de los escasísimos recursos parlamentarios con que contamos por una gestión institucional llena de desidia, fragmentadora, miope, adormecedora y sometida a decisiones aparentemente democráticas y de organicidad desfigurada.

Si algunos autonombrados monjes de la inquisición intentan amedrentarme con tribunales para tratar despectivamente ciertos “problemitas” de disciplina y hacer vaticinios de excomunión, ¡que lo hagan! Si ello nos conduce hacia un proceso de crítica y autocrítica, a una madurez política, a la trascendencia, ¡enhorabuena! Si se trata de otra herramienta de subordinación, advierto que están perdiendo otra vez más el tiempo y los recursos de la Revolución en inquinas y dogmatismos. ¡Mi lealtad indoblegable es con la Revolución!

Persiste en mí el sueño porque no todo en esta Revolución ha sido oscuro. Reconozco lo bello que ha llegado a sembrar, pero denuesto la miseria humana y política de los intermediarios del tiempo, la angustia, la dignidad y la libertad.

Lo dije al inicio y lo repito ahora:

Yo quiero construir una patria bonita donde sea maravilloso nacer, una oportunidad vivir, y digno envejecer.

¡Hasta la victoria siempre!

Fraternalmente,

César Rodríguez


martes, 12 de julio de 2011

Empezaron pruebas de admisión en la UNL

En la Universidad Nacional de Loja se inició el proceso de admisión de los estudiantes que aspiran llenar el cupo para su respectivo ingreso.

Desde el lunes en la mañana  los bachilleres de la región sur del Ecuador, aspiran obtener el pase de ingreso hacia las aulas universitarias. Los estudiantes deben  responder la prueba en un tiempo de dos horas, tiempo designado para los neobachilleres. Los estudiantes aspirantes tendrán el plazo hasta el 20 de julio para presentarse en los respectivos laboratorios de cómputo instalados para la ocasión.

El cupo permitido es de únicamente 2400 para quienes aprueben y cumplan los requisitos, pero son aproximadamente 6236 los bachilleres inscritos que aspiran a obtener su pase a la UNL.

Curso de nivelación.

Existen varias quejas de los postulantes puesto que precisan que el curso de nivelación dictado a los bachilleres por parte de la universidad fue totalmente ineficiente. Señalan que solamente recibieron el curso cerca de 1200 postulantes y lo hicieron por internet.