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miércoles, 4 de agosto de 2010

ORIENTEMOS MEJOR A NUESTRA JUVENTUD

Es difícil saber porque ocurren las cosas, pero algo es seguro que cada uno de nosotros elegimos lo que queremos ser y como queremos que sea nuestra vida.

Cuantos padres y madres han emigrado a otros países en busca de mejores oportunidades, pero de que ha servido si en algunos casos los hijos quedan solos, desorientados y resultan presa fácil de las drogas y el alcohol.

Que fuera del mundo si pensáramos en enseñarles a nuestros hijos el valor de trabajar, para llevar el pan de cada día a la mesa, que aprendan a ser responsables, que comprendan que el mundo no solamente es lujo.

Pero en la realidad, nuestros adolescentes y jóvenes carecen de la formación que requieren para enfrentar los desafíos de la vida; tanta desorientación causa nostalgia, lo digo porque chicas que no llegan ni a los catorce años han sido víctimas de los vicios, de los engaños y hasta terminan siendo madres adolescentes pese a que nunca lo desearon.

Esas son las consecuencias de dejar solos a nuestros hijos. No dejemos que nuestros jóvenes por falta de amor caigan en las manos del alcohol y las drogas, seamos como la luz que ilumine su sendero, seamos la guía de cada uno de sus pasos. Orientemos mejor a nuestra juventud.

Por: Paola Carrión

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