Buscar

lunes, 30 de agosto de 2010

“VIGENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS”


Los  Derechos Humanos  son un enigma entre quienes ostentan el poder en los diferentes Estados en el mundo, en vista que lo fácil para éstos es violentar las principios fundamentales de vida de cada ser viviente en este planeta; aunque sea disfrazados de corderos se presentan los politiqueros tradicionalistas hasta que se encaraman en el poder, de ahí en adelante hacen presa fácil de la ciudadanía y quien se contrapone a sus políticas los mandan a callar de la forma que sea, violentando su integridad física, psicológica, afectiva y emocional, lo que conlleva a una serie de repercusiones para la persona y su familia. A nivel internacional es triste recordar lo que ocurrió en el año de 1945 en Hiroshima (Japón) en donde se lanzó por primera vez la Bomba Atómica, acto perpetrado por los Estados Unidos de Norte América, en donde se apagó la vida de más de ciento cuarenta mil seres humanos en nombre de la guerra.
En nuestro país hemos visto permanentemente como se ha irrespetado este principio fundamental  que como seres humanos tenemos en cada República, y tenemos una serie de casos que tan solo basta mencionar el caso de los Hermanos Restrepo en la presidencia del extinto León Febres Cordero,   o la cruel masacre de los trabajadores  en la ciudad de Guayaquil el  15 noviembre de 1920  en el Gobierno de José Luis Tamayo, hecho real en la que se basó un importante escritor ecuatoriano como es  Joaquín Gallegos Lara  para escribir “Las Cruces Sobre el Agua”. Son tristes los pasajes de la historia de la humanidad, masacres tras masacres y ni siquiera la mayoría de estas son por actos naturales sino por actos cometidos por el mismo hombre gracias a los avances tecnológicos y científicos  que han desarrollado las personas con la finalidad de dominar y apoderarse del mundo.
No es posible que irrespetemos los derechos Humanos que todo ser viviente tenemos sobre la faz de esta tierra, tenemos que rescatar lo que manifestó José Martí: “El hombre no tiene ningún derecho especial porque pertenezca a una raza y otra, dígase hombre y ya se dicen todos los derechos”.
Debemos entender que los derechos humanos son inalienables e intransferibles, que la persona no puede, sin afectar su dignidad, renunciar a sus derechos o negociarlos; y de otro lado, el Estado no puede disponer de los derechos de los ciudadanos, ni siquiera aún cuando se decrete los estados de excepción.
Y finalmente podemos concluir que todo ser racional debería centrar su atención en los derechos humanos y en la defensa ante los abusos del poder y una orientación instructiva que lo libere del velo de la ignorancia (responsable muchas veces, de la pasividad ante el dolor),  el maltrato, la opresión y tantos otros excesos del poder Estatal.
Por: Ángel Gálvez

domingo, 15 de agosto de 2010

LOS JOVENES COMO ACTORES SOCIALES

Solo somos jóvenes una sola vez en la vida, llenos de valor, coraje, valentía y sobre la virtud que nos caracteriza de ser rebeldes de luchar por lo justo en donde quiera que estemos en cualquier circunstancia que nos encontremos, aquella efervescencia por la humanidad debemos aprovecharla, dejando verdaderamente huellas en el transcurso de nuestra historia, que sirva como ejemplo valedero y sostenible realmente desde diferentes aspectos, asimilando la teoría con la practica esencia que nos permitirá crecer cada día que pasa para convertirnos en una mejor persona. Por ello, es necesario aprovechar de la mejor manera posible esa etapa de nuestra vida, a través de la organización que es la mejor manera de planificar cualquier tipo de actividad en beneficio del bien común de la sociedad.

En los actuales momentos los jóvenes tienen que llegar ha comprender que son la esperanza para forjar un nuevo rumbo en nuestro país, aportando al desarrollo e integración de los pueblos. Cuando se ha discriminado, explotado e incumplido los derechos del artesano, del obrero y campesino, los jóvenes han sido un eje fundamental para los cambios sociales, ahora más que nunca solo organizándose se podrá vencer cualquier tipo de dificultad. Algunos desconfían en la juventud justificándose que es por no tener la experiencia necesaria, solamente recordemos cuantos años tenía Simón Bolívar cuando comenzó a luchar por la independencia de América Latina, dando realce a la frase “la práctica hace al maestro”.

Por lo tanto la sociedad debe dar una oportunidad a la juventud de mostrarse tal y como es sin aparentar lo que no es, para poder trabajar socialmente y ser actores del presente y el futuro ayudando a desarrollar destrezas y habilidades a la juventud a través del trabajo voluntario que nos convertirá en personas solidarias, logrando generar conciencia en los demás jóvenes y la sociedad. Los jóvenes son la mayor representación del pueblo en donde se debe abrir caminos hacia nuevos horizontes que permitan crecer al nuevo joven con dignidad, ética y moral, aportando progresivamente como actores sociales. Sin duda alguna, los jóvenes hoy tienen mayor conciencia política, la misma que se ha logrado educándonos desde abajo, ahora entendemos que somos el alma de la patria ardiente como el sol y lleno de fuego como es nuestro corazón, luchando por las injusticias en cualquier parte del mundo que es la causa más noble y leal de un verdadero ser humano.

Por: Roberto Maza
Diario “LA RAZÓN”

miércoles, 4 de agosto de 2010

ORIENTEMOS MEJOR A NUESTRA JUVENTUD

Es difícil saber porque ocurren las cosas, pero algo es seguro que cada uno de nosotros elegimos lo que queremos ser y como queremos que sea nuestra vida.

Cuantos padres y madres han emigrado a otros países en busca de mejores oportunidades, pero de que ha servido si en algunos casos los hijos quedan solos, desorientados y resultan presa fácil de las drogas y el alcohol.

Que fuera del mundo si pensáramos en enseñarles a nuestros hijos el valor de trabajar, para llevar el pan de cada día a la mesa, que aprendan a ser responsables, que comprendan que el mundo no solamente es lujo.

Pero en la realidad, nuestros adolescentes y jóvenes carecen de la formación que requieren para enfrentar los desafíos de la vida; tanta desorientación causa nostalgia, lo digo porque chicas que no llegan ni a los catorce años han sido víctimas de los vicios, de los engaños y hasta terminan siendo madres adolescentes pese a que nunca lo desearon.

Esas son las consecuencias de dejar solos a nuestros hijos. No dejemos que nuestros jóvenes por falta de amor caigan en las manos del alcohol y las drogas, seamos como la luz que ilumine su sendero, seamos la guía de cada uno de sus pasos. Orientemos mejor a nuestra juventud.

Por: Paola Carrión